Detectar defectos visuales en niños. ¿Qué debo hacer?
Los síntomas que indican que un niño no ve correctamente pueden variar según la edad del mismo. Sigue esta guía para saber diferenciarlos:
- De 0 a 2 años: No es fácil detectar estos problemas en niños tan pequeños. Notarás, por ejemplo, que el bebé no hace contacto visual contigo o que no reacciona ante estímulos visuales. Fíjate también en si tiene los ojos turbios o amarillentos, inflamados o lagrimosos, o en si no es capaz de fijar la vista.
- De 3 a 5 años: A estas edades empiezan a aprender a leer y escribir, así que puedes observar si se acerca demasiado a los libros o a la pizarra. Vigila también si se frota mucho los ojos o incluso si presenta problemas de equilibrio.
- De 6 años en adelante: En niños más mayores es más fácil detectar problemas visuales ya que los indicadores son más claros: dificultad de lectura y escritura, dificultad para mantener la atención, cefaleas, mareos o incluso nauseas.
Si percibes cualquiera de estos síntomas en tu hijo, no dudes en pedir cita con el oftalmólogo para una revisión.
Cómo saber si mi hijo necesita gafas
El único modo de estar seguro de si tu hijo necesita gafas es llevándolo al oftalmólogo para que le haga un examen visual. Él mismo le hará una receta con su graduación para hacerle unas gafas en caso de que el niño presente alguno de estos problemas que es fundamental corregir:
- Hipermetropía (no ve bien el cerca). Es el caso más frecuente en los niños pequeños, no supone ningún problema ya que suele desaparecer con el desarrollo del ojo.
- Miopía (no ve bien el lejos). Se detecta, sobre todo, en niños en edad escolar que se quejan de no ver bien la pizarra.
- Astigmatismo (visión borrosa). Puede darse solo o junto a la miopía o la hipermetropía.
- Estrabismo (desviación de un ojo)
- Gran diferencia de graduación entre ambos ojos.
Cuando debo llevar mi hijo al oftalmólogo
Las revisiones pediátricas preventivas son fundamentales. Lo ideal es que las lleven a cabo profesionales especializados en oftalmología infantil. El primer examen visual completo puede llevarse a cabo a los dos o tres años (en caso de nacimiento prematuro o de que haya antecedentes familiares de enfermedad o defectos oculares, la primera revisión debería hacerse en el primer año de vida).
A partir de la primera revisión, si todo es normal, debería bastar con un chequeo anual para controlar posibles variaciones de graduación.
VISUAL-CONSEJO: Lleva a tu hijo a revisarse la vista antes del comienzo de cada nuevo curso para comprobar que no tiene ningún problema de visión o que su graduación sigue siendo la misma. Así te aseguras de que nada interferirá con sus estudios.