Graduación y Centraje, fundamental para unas gafas perfectas
¿Notas que has perdido calidad de visión? ¿Sufres de irritación en los ojos, dolores de cabeza o cansancio visual?
Todos esos síntomas podrían responder a una visión incorrecta. De ser así, un examen ocular podría darte las respuestas que te ayuden a solucionar el problema, tanto si usas gafas o lentillas como si no lo haces. Nuestra capacidad visual cambia con el tiempo casi sin que lo notemos, así que no está de más verificar que no hayamos sufrido cambios en nuestra graduación, sobre todo si estás pensando en hacerte unas gafas nuevas.
Pero, ¿cuáles son los pasos a seguir?
- Visita a tu oftalmólogo o a tu óptico optometrista.
- Solicita que te realicen un examen de la vista.
- Centrado de los cristales.
- Revísate periódicamente
Estos son los pasos básicos a seguir para mantener un control de nuestra salud ocular y conseguir una mejor calidad visual. ¿Quieres saber más al respecto?
¿Óptico u Oftalmólogo? ¿Qué diferencia hay?
Seguramente tu primera pregunta sea ¿cuál es el mejor sitio para hacerme mi examen de la vista? Si es así, debes saber que tienes dos opciones igualmente válidas: en la consulta del oftalmólogo o en la óptica. Pero, ¿cuáles son las diferencias entre uno y otro?
Oftalmólogo: no sólo revisará tu capacidad visual. Al ser un profesional de la salud, puede diagnosticar y tratar patologías o enfermedades de los ojos. Si tu problema va más allá de una simple falta de nitidez, debes acudir a su consulta.
Óptico Optometrista: te realizará el examen en la propia óptica sin necesidad de cita previa (aunque tomarla es recomendable), así que se puede considerar un procedimiento más dinámico. Además, en cuanto tengas tu receta, podrás elegir tu nueva montura en el mismo establecimiento, con lo que evitarás el tener que desplazarte dos veces.
Independientemente de la decisión que tomes, hay varias cosas que debes tener en cuenta antes de someterte al examen:
- Si estás tomando medicación, tienes alguna enfermedad crónica o estás embarazada, debes avisar con anterioridad al profesional que vaya a examinarte ya que todas esas circunstancias pueden afectar a la capacidad visual y provocar desviaciones en los resultados.
- Es preferible que no uses lentillas en las 24 horas previas al examen.
- Lo ideal es que hayas comido y bebido correctamente y estés relajado durante el examen.
- Tómate tu tiempo durante las pruebas, es importante que estés seguro de tus respuestas, al fin y al cabo, determinarán las gafas o lentillas que llevarás después.
El examen de la vista ¿En qué consiste?
Una vez que te hayas decidido entre visitar la consulta del oftalmólogo o ir a la óptica y estés seguro de cumplir las condiciones óptimas para examinarte, el profesional cualificado examinará tus ojos valiéndose de las diferentes herramientas y aparatos destinados a este fin. Los pasos a seguir son los siguientes:
- Medición previa: Te la harán en caso de que no tengas ninguna referencia previa de tu graduación (una receta anterior o unas gafas que ya estuvieras usando, por ejemplo). Con la ayuda de un autorefractómetro se medirá la potencia óptica de ambos ojos para evaluar tu capacidad visual. Si ya usabas gafas anteriormente, te realizarán esta prueba con el fin de valorar algún posible cambio en tu graduación.
- Medición de la agudeza visual: Con esta prueba se concretará hasta qué punto eres capaz de percibir contrastes, detalles o contornos a cierta distancia. Para llevar a cabo esta medición se usan un foróptero o las típicas gafas de prueba. En ambos casos, el óptico u oftalmólogo irá colocando diferentes cristales mientras tú lees las clásicas tablas con letras que van de mayor a menor tamaño. Así podrás comprobar qué cristales te permiten ver con más nitidez.
Dado que la agudeza visual varía según la edad, los exámenes de la vista no son iguales para niños y adultos. Por ejemplo, a partir de los cuarenta años aproximadamente también se evaluarán los valores de cerca.
Centrado de los cristales. Cómo las gafas se adaptan a tí.
Si te decides por usar gafas y ya sabes qué montura quieres, para conseguir una visión óptima lo ideal es efectuar el centrado de los cristales tomando como referencia la altura pupilar (la distancia entre el borde interior del cristal y el centro de cada pupila) y la distancia interpupilar (la distancia entre el centro de cada pupila y el puente nasal). Este procedimiento sirve para establecer el centro óptico de los cristales, es decir, el punto del cristal que los rayos de luz atraviesan sin sufrir ningún tipo de desviación (es el punto más fino en lentes cóncavas y el más grueso en las convexas). Así se consigue una corrección óptima de la vista.
Además, para conseguir el mayor confort, la montura se adapta a la cara de cada persona. La mayoría de monturas cuentan con varillas ajustables y muchas también incorporan plaquetas adaptables. Los ajusten necesarios se hacen de manera gratuita en cualquier centro óptico.
VISUAL-CONSEJO: Si vas a comprar tus gafas online y no conoces tu distancia interpupilar o no estás seguro de cuáles son los parámetros de tu graduación, puedes visitar nuestra óptica física situada en la calle Velázquez Nº99 (Madrid, España). Nuestros compañeros ópticos te atenderán encantados.
Mantén el control de tu visión. Revísate periódicamente.
Por desgracia, nuestro ritmo de vida actual aumenta las probabilidades de desarrollar defectos visuales. Las luces de led de pantallas digitales, la televisión o las horas de estudio suponen un gran esfuerzo para nuestros ojos y pueden llevar a un deterioro progresivo de nuestra capacidad visual.
Por este motivo, lo ideal es hacerse revisiones periódicas de la vista. En general, basta con revisarse cada uno o dos años, pero esto puede variar según la edad. En el caso de los niños esto es especialmente importante ya que su capacidad visual puede sufrir cambios rápidamente. Lo recomendable es realizarles el primer estudio a los dos o tres años de edad para confirmar que no sufran ninguna deficiencia visual. A partir de ahí, una revisión anual sería suficiente (también si ya están usando gafas).
En el caso de los adultos, cuanto más avanzada sea la edad, más posibilidades hay de experimentar cambios repentinos en la agudeza visual, así como de desarrollar diversas patologías. Un adulto joven o de mediana edad tendrá suficiente con revisarse cada dos años, pero un adulto de edad avanzada debería hacerse un examen de la vista anualmente.
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